El mundo cambió este fin de semana.
En primer lugar, Donald Trump dejó claro en un discurso de toma de posesión sin precedentes y luego en un discurso igualmente sin precedentes en la CIA de que se está moviendo muy rápidamente a un reordenamiento fascista de la sociedad.
En segundo lugar, millones de personas en Estados Unidos y en todo el mundo salieron en manifestaciones igualmente sin precedentes para dejar claro su aborrecimiento por todo lo que Trump representa.
El mundo cambió, pero tiene que cambiar aún más. Hay poco tiempo. Una vez que se dé tal reordenamiento fascista, la resistencia y el cambio se hacen enormemente más difíciles.
No debemos perder el impulso. Actúen el lunes al mediodía, en Washington, D.C. y en todas partes.
Que nuestra Resistencia el lunes convoque a aún más gente de vuelta a las calles. Para detener a este régimen, tenemos que detener las actividades de costumbre esta semana. Que cada facción de la estructura del poder se sienta impelida a responder a lo que nosotros hacemos. Eso podría hacer surgir una situación política en la cual el régimen de Trump y Pence no puede consolidarse, y podría ser expulsado.
A toda máquina al lunes y todos los días esta semana.