Para alguien que lleva el 4 de noviembre a las organizaciones
Recientemente tuvimos la oportunidad de presentar la propuesta de Rechazar el Fascismo para el 4 de noviembre —para protestas sostenidas que se inicien esa fecha y crezcan y sigan hasta que se marche el régimen de Trump y Pence— en la reunión de un Club Demócrata local en una ciudad adinerada y altamente educada con un Club Demócrata activo. La membresía del club es activa en la política demócrata y abarca desde los que son demócratas más conservadores y partidarios de Hillary Clinton hasta partidarios de Bernie.
Un miembro de la rama local [de Rechazar el Fascismo] fue invitado por una persona que había conocido recientemente en un evento cultural local y que había estado viajando para ayudar a las campañas de los demócratas en estados donde recién tuvieron lugar elecciones. Hizo una breve presentación sobre Rechazar el Fascismo y el llamamiento para el 4 de noviembre planteando los paralelismos y lecciones extraordinarios de Alemania y por qué decimos que Trump ha reunido un Régimen Fascista que se está esforzando para consolidar esto en Estados Unidos y por qué urge expulsar a todo el régimen por medio de la movilización masiva no violenta desde abajo. Repartimos el folleto de Rechazar el Fascismo a los 15 a 20 asistentes.
Se entablaron unos 40 minutos de discusión, los presentes planteando preguntas y debatiendo la propuesta y debatiendo entre sí, ya que surgieron opiniones muy distintas. Muchas de las personas fueron receptivas y dieron la bienvenida a la propuesta del 4 de noviembre —con preguntas sobre cómo organizarlo en el breve tiempo antes del 4 de noviembre— y querían saber si habíamos logrado ganar la participación a otras organizaciones como Black Lives Matter / La vida de los negros importa, e Indivisible. Pensaron que el aniversario de las elecciones es una buena fecha para esto, refiriéndose a la Marcha de las Mujeres y al clima ya 8 meses después. Querían saber cómo planeábamos lidiar con los supremacistas blancos que podrían atacar la marcha o provocar la violencia. Una persona creyó que necesitábamos ir a Washington D.C. y ocupar el Congreso.
Algunos se opusieron enérgicamente al llamamiento para el 4 de noviembre, diciendo que era absurdo y que el único método era el de votar para deshacernos de Trump — y que nuestra propuesta solo agrava las inquietudes de la gente sobre Trump y exagera la situación. No habrá ley marcial y la gente no debe dejar que Trump se meta en la cabeza; debe mantener su enfoque en las elecciones locales y estatales.
Otros pensaron que no estaba fuera de lugar considerar la posibilidad de la ley marcial preguntando cuántas personas presentes, cuando se enteraron del asesinato en masa en Las Vegas, se dijeron a sí mismos “ojalá no fuera una persona musulmana — ¿cómo sería la situación si fuera un acto de terrorismo?”
Los asistentes lucharon sobre la situación y los unos con los otros. Una persona dijo que el peligro no es solo un incidente que podría precipitar algún tipo de represión, sino los problemas estructurales más profundos de nuestra democracia: los cambios en la población estadounidense, y el hecho de que pronto el 70 por ciento del Senado será determinado por el 30 por ciento de la población, así como los cambios de los límites de los distritos electorales que los republicanos han logrado, por los que no podemos elegir a las personas que deseemos. Se entabló discusión sobre rebasar las normas y el proceso democrático normal cuando sea necesario.
La persona que presidía la reunión compartió sus propios sentimientos personales. Al principio, temía que esto sería simplemente más teorías de la conspiración, pero que el caso que había presentado el representante de Rechazar el Fascismo contenía argumentos que no podía refutar, y pensó que habían realizado una discusión importante.
Hay que dar seguimiento, pero nuestro anfitrión sintió que esta había sido una discusión muy productiva y que realmente no habían tenido una así por varios meses; que este era un momento para reflexión y reevaluación sobre lo que vamos a hacer concretamente para PARAR esto.
Creemos que es probable que esto es solo un ejemplo del tipo de angustia que está experimentando mucha gente sobre los acontecimientos de los últimos 8 meses y es un mini ejemplo de la clase de debate que la propuesta de Rechazar el Fascismo para el 4 de noviembre puede provocar en la sociedad — y aún más importante, el cambio en toda la atmósfera política que no solo se necesita, sino que podría resultar de tener éxito en los planes para el 4 y de poner ante toda la sociedad la demanda concreta y práctica e inmediata de que todo el régimen de Trump y Pence se marche. ¡Que tal cosa surja del pueblo de Estados Unidos significaría mucho para toda la Humanidad!
Pensamos que, mientras damos seguimiento, deberíamos hacer mucho más y que otras ramas de Rechazar el Fascismo deberían contactar de forma amplia y dar presentaciones a organizaciones como esta.