En los últimos días me he reunido con activistas y personas de varios grupos pro derechos de los inmigrantes. Una de estas personas es una ministra recién ordenada que ha alzado la voz en apoyo a los estudiantes de DACA. Después de leerle el Llamamiento para el 4 de noviembre, ella me preguntó ¿qué es el fascismo? Ella no lo sabía, así que nos metimos en el tema. Ella sentía que malas cosas estaban sucediendo, pero no veía el cuadro completo, en particular la eliminación de lo que tradicionalmente habían sido los derechos de las personas. Ese punto se conectó con ella. No estoy seguro si ella estaba totalmente de acuerdo con todo eso. Está reflexionando sobre ello, pero sí reconoció el alcance y la escala de lo que está en los afiches de las acusaciones. En base a esto, ella se apuntó para respaldar el 4 de noviembre.
De nuestra conversación, ella consideró, “¿A quién conozco?”. Ella asiste a una iglesia en un vecindario con mucha gente progresista. La ministra de la iglesia ha escrito denuncias en publicaciones nacionales contra cosas como lo de Charlottesville. Así que fui a la iglesia y logré hablar a la ministra el domingo, entre sus servicios. Tal vez el domingo no fuera el mejor día para hacerlo, pero yo no quería que el tiempo se perdiera, y sabía que podía dar seguimiento otro día.
Le hablé del día 4, y me dijo que parecía lo correcto pero quería reflexionar sobre su papel. Como dije, básicamente estaba en camino de un servicio a otro. Me puso en contacto con el coordinador de justicia social de la iglesia que también es ministro. De inmediato, le di a éste la carta para las personas de fe y el Llamamiento de Rechazar el Fascismo. Y le volví a enviar esa carta, porque a veces le das algo a alguien y lo deja en algún lugar… Volveré para hablarles de nuevo.