¡Ahora es el momento para que todos, donde sea que estén, salgan a las calles para detener este asalto fascista contra el derecho al aborto!
La guerra contra el aborto, librada durante décadas por fascistas cristianos teocráticos que odian a las mujeres, ha sido el eje de un inhuman movimiento fascista estadounidense compuesto de la supremacía blanca, la misoginia y la xenofobia; han aterrorizado a las mujeres en las clínicas de aborto, asesinado a médicos abortistas y movilizado marchas masivas de seguidores adoctrinados que ven a las mujeres como criadoras de niños y propiedad de los hombres. Fueron una fuerza organizadora clave detrás del ascenso de Trump y Pence a la Casa Blanca, otorgando poder a un régimen que luego llenó los tribunales con jueces fascistas cristianos y creó una mayoría profascista en la Corte Suprema, una corte que ahora está preparada para anular el derecho fundamental al aborto.
Ahora, la horrible prohibición del aborto en Texas propela esta ofensiva fascista de una manera que se está reproduciendo en todo el país. Su objetivo es nada menos que la consolidación de un mando fascista, uno que reafirma violentamente el dominio de la supremacía machista y blanca sobre toda la sociedad y el gobierno. En Texas, al mismo tiempo que la prohibición al aborto destruye el estado de derecho le da apoyo legal y legitima al gobierno de la chusma fascista, donde literalmente cualquier justiciero vengativo puede recibir una recompensa por espiar, delatar y arrastrar ante un tribunal a cualquiera que ayude a una mujer a solicitar un aborto.
¡Esto no puede permanecer así! Es hora de luchar por los derechos al aborto de la misma manera que se luchó para ganarlos, con enormes manifestaciones de furia y determinación para proteger el derecho de las mujeres y las niñas a controlar su propia reproducción. Las Marchas de Mujeres del 2 de octubre deben ser un día en el que todos los que se preocupan por la vida de la mitad de la humanidad digan: ¡basta ya! Hay que dejar de ceder terreno a los fascistas. De rendir el derecho fundamental al aborto. Hay que dejar de esperas que intervengan los tribunales llenos de fascistas. Hay que dejar de depender en el Partido Demócrata, que ha cedido y se ha conciliado con los fascistas cristianos cuando el acceso al aborto empezó a ser recortado. Este es el momento de permanecer en las calles usando nuestro poder de protesta sostenida y no violenta para detener el asalto fascista contra el aborto y declarar:
¡En nombre de la humanidad, nos negamos a aceptar a una Estados Unidos fascista!
¡Aparta de mi cuerpo tus leyes y vigilantes!
¡Aborto a solicitud y sin tener que pedir disculpas!